La primera Comunión además de un importante sacramento en nuestra religión es un momento muy importante en la vida de los niños. Es casi como la presentación en sociedad de los pequeños que a partir de este acto empiezan a ser mayores.
En todas las culturas y religiones hay una celebración similar : en la religión Judia el Bar y el Bat mitzvá al rededor de los 12 años. En la Musulmana el primer ayuno del ramadán, en la Ortodoxa el Mirrón o confirmación, etcetera . Todas estas tradiciones tienen gran importancia social y en la nuestra aprovechamos para celebrarlo con una gran fiesta con regalos y fotografías, tanto en la ceremonia como unos días antes para poder obsequiar a los familiares con un recuerdo de los peques: los recordatorios de Comunión.
Después de tantos años como fotógrafo voy a ser politicamente poco correcto y criticaré algunas formas de realizar el trabajo fotográfico que me parecen poco acertadas y que no benefician ni al recuerdo que queremos guardar de nuestros niños ni al prestigio de la fotografía. Intentaré también dar alguna solución.
Lo que mas nos gusta de los niños es su naturalidad, nos gustará que las fotografías capturen expresiones e instantes en los que los reconocemos tal y como son. Para esto el fotógrafo tiene que «conectar» con el modelo. Se que es difícil que en un breve tiempo una persona mayor consiga un canal de comunicación con los niños, es preferible dedicar unos minutos antes de hacer las fotos a conocer a nuestro modelo que hacer el trabajo con unas poses anticuadas donde el sujeto no tiene vida ni expresión. Con las niñas quizás es mas facil pues los vestidos, la dulzura y esa ilusión nos es de gran ayuda. Con los chicos, si no se han perdido en entrenamiento de su deporte favorito, es también posible conectar y esa conexión nos va a dar esa naturalidad que queremos conseguir.
Hay muchos estilos de fotógrafo, los que no tienen estudio o no saben iluminar recurren a hacer las fotos en un parque y esto requiere un esfuerzo extra para comunicarse con los niños, al estar en un sitio publico con personas a su alrededor puede condicionarles y es labor del fotógrafo conseguir el clima y la confianza del modelo. Seguramente estarán los padres y esto también les condiciona, propongo que parte de la sesión fotográfica se realice sin su presencia y en esos momentos , si hemos conectado, notaremos la complicidad de nuestro personaje. En la técnica fotográfica es muy importante una gran dosis de imaginación y creatividad para conseguir los mejores resultados. En ocasiones veo fotógrafos que aplican las mismas soluciones que han aprendido para las bodas, copiando una y otra vez… quizás piensen que son novios bajitos… Ya que Dios es el que mejor ilumina podemos aprovecharlo y arriesgando un poco, jugando con los niños y la luz… El principal inconveniente de los exteriores antes de la comunión es que se puede manchar el vestido.
En el estudio el fotógrafo lo tiene todo de su lado: control de la luz, accesorios y decorados, etc. únicamente podemos tener un enemigo: el tiempo. Entiendo que en sesiones de bajo precio hay que hacer cuantos mas niños mejor, tenemos un negocio, pero si nuestras fotos no tiene alma, si los niños están como de cartón, sin vida, nuestro negocio tiene fecha de caducidad. Por otro lado algunas decoraciones nada tienen que ver con el niño o la fiesta que celebramos, no puedo entender una niña con un violín, si no lo sabe tocar, o sentado en una mecedora. Ya no aludiré a cuestiones de elegancia o buen gusto, cada uno tiene su estilo.
Soy partidario de hacer las fotografías de primera Comunión en el estudio. Mi estilo es muy minimalista y después de cuarenta años creo que domino la iluminación y pongo todo mi entusiasmo en conseguir que la sesión de fotos sea una autentica experiencia para los niños y sus familias. Para ello sigo el siguiente plan: Una vez preparado el niño o la niña, pido a los familiares que se marchen a tomar algo en un bar de la zona o a dar un paseo y los primeros cinco o diez minutos mientras les cuento lo que vamos a hacer y les doy algún truco aprovecho para ver sus reacciones. En función de su morfología colocaremos la luz y empezamos a trabajar por lo mas fácil. En ocasiones les muestro alguna toma y durante la sesión no paramos de hablar. Es importante saber lo que quiere y sus gustos y cada vez sera mas divertido y estará mas seguro, de manera que cuando hacemos las fotos familiares es el niño o la niña la que enseña a sus papás como posar. Toda una experiencia. Cada peque es diferente, ese es el reto.
Es una acertada medida que en la ceremonia de Primera Comunión el colegio o la asociación de padres seleccionen un único fotógrafo que cubra las necesidades de todas las familias. Es una ceremonia religiosa, que requiere el respeto de todos, un enjambre de fotógrafos o de familiares con su móvil y su entusiasmo no ayudan nada al recogimiento debido. Generalmente el precio es el que determina la selección del profesional que estará encargado del trabajo. Para su elección se debe tener en cuenta su experiencia y la garantía que nos ofrece, pues cuanto mas bajo es el precio menor es la calidad. «Nadie da duros a cuatro pesetas».
He tenido la oportunidad de realizar los reportajes de Comunión de un colegio y cada familia tiene su economía y sus preferencias, es posible conjugarlo todo, con las nuevas tecnologías y conociendo nuestro trabajo tenemos medios para realizar magníficos reportajes en precios muy competitivos sin sacrificar la calidad ni nuestros recuerdos.
Espero que mi opinión les sea de ayuda. Tanto si van a tener una celebración como si son compañeros fotógrafos pueden consultarme cualquier tema. Gracias.